es una noche de conclusiones y desilusión.
Resulta que me di cuenta de muchas cosas,
pero más de mi estupidez.
Me di cuenta que no eran las veces que te besé,
sino las que evitaste uno de mis besos.
No fueron los abrazos que te di,
sino las veces me quitaste.
No fueron las sonrisas que sacabas de mis labios,
sino las lágrimas que a diario salen de mis ojos.
No fueron los detalles que te regalé,
fueron los que tu nunca tuviste conmigo.
No fueron las llamadas diarias para escuchar tu voz,
fueron las palabras cortantes y la indiferencia al escucharte.
No fueron mis defectos,
fueron tus pretextos para no estar conmigo.
Me di cuenta, finalmente, que no fue lo mucho que te quise,
sino lo poco o nada que me amabas.
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