Ésto por la incertidumbre de no saber qué es lo que realmente está pasando por la mente de la otra persona, porque no sabemos si ir o venir, si hablar o callar, si hacer o simplemente sentarnos a esperar.
No hay cosa más dolorosa que la indiferencia, siempre lo he pensado. Es la máxima prueba de la ausencia del amor.
Ése momento de silencio siempre es, y será, el momento más desolador en la vida.
Ya debería estar acostumbrada, las cosas son como son y ya no hay manera de cambiarlas...
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